lunes, 1 de enero de 2018

Feliz Año 2018


Las primeras palabras del año que aparecen publicadas en el blog quiero que sean para hacer llegar a todos mis mejores deseos para el nuevo año, que seguro que nos deparará cosas muy interesantes. Hace años leí un artículo en una publicación sobre economía y empleo que hablaba sobre la importancia de ser agradable. El escrito empezaba contando que el autor había entrado en una ferretería, de aquellas de toda la vida y que ahora ya no se encuentran, en la que uno podía comprar desde un tornillo o un clavo hasta el objeto más impensable y en la que, por un afán de maximizar el espacio, los artículos incluso colgaban del techo -posiblemente hoy en día se habría ganado una sanción por incumplimiento de alguna de las ingentes normas sobre seguridad-. Pues bien, detrás del mostrador colgaba un cartel con la siguiente leyenda: "Es agradable ser importante, pero es mucho más importante ser agradable." A partir de este cartel lleno de sabiduría, el autor del artículo disertaba sobre las relaciones humanas en el trabajo y sobre las cosas realmente importantes de la vida.
El artículo lo imprimí y lo tengo colgado en mi despacho como recordatorio de que por muy importante que pudiera llegar a ser dentro de la jerarquía universitaria y docente, es más importante que sea agradable con aquellos con los que trabajo, sean alumnos, miembros del personal de administración y de servicios, o compañeros de los cuerpos docentes. Supongo que son cosas de la edad, pero cada vez soporto menos a las personas tóxicas; aquellas que siempre tienen en los labios una crítica -contra sus alumnos, contra la asignatura, contra los compañeros, contra las terribles "injusticias" que padecen y lo mal que los ha tratado la vida, contra lo muchísimo que hacen ellos por los demás mientras que solamente reciben desplantes, contra...- y que jamás aprecian nada bueno en todo lo que les rodea. Son un reproche constante contra todo y contra todos. Por propia salud mental procuro mantener alejadas de mi vida a estas personas tóxicas, porque hablar con ellos un minuto y deprimirte o ponerte de mal humor es todo uno. Con los años también temo convertirme yo mismo (o haberme convertido ya) en una persona tóxica a la que nadie soporte.
Creo que valdría la pena que en este año recién estrenado nos concienciásemos de que, por más importantes que podamos llegar a ser, es mucho más importante que seamos personas agradables, y que intentemos ser personas con las que es agradable trabajar, y no unos seres insoportables cuya jubilación es saludada con una ola de alegría en su entorno.

Para celebrar la entrada del nuevo año os dejo un simpático flashmob, realizado en el restaurante de un centro comercial, sobre el conocidísimo "Aleluya" con el que finaliza la segunda parte del Oratorio 'El Mesías' de G.F. Haendel. Este vídeo es una prueba de que la música de Don Jorge Federico, compuesta hace más de 275 años, resiste bien el paso del tiempo y emociona en cualquier circunstancia.

6 comentarios:

  1. Una reflexión necesaria y un hermoso vídeo. Muchas gracias profesor Garau y ¡feliz Año!

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  2. Muchas gracias a ti, Guillermo. Yo también te deseo un feliz y próspero año 2018.
    Un saludo muy cordial.

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  3. Gràcies a tu.
    Una salutació molt cordial.

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  4. Muy feliz año, querido Federico. Y muy necesaria tu reflexión. Si tratáramos a todos como nos gustaría que nos trataran todo iría mejor, seguro. Un fuerte abrazo

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    1. Tienes toda la razón. Muchas gracias por tu mensaje.
      Un fuerte abrazo

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